lunes, 27 de junio de 2011

River se fue a la “B”

Después de años de malas administraciones y muchas tantas dudosas cuestiones que pueden verse reflejadas en los comentarios de hinchas, periodistas y comunicadores, uno de los clubes más importantes del fútbol argentino descendió de categoría. Ya no es más de la “primera”. Sólo quedan dos equipos que nunca han descendido. Independiente y Boca Juniors.

¿Qué significa eso? Hace tiempo viene sonando eso de que River no puede descender. Que es un grande y algo va a pasar. Existía una mezcla de arrogancia y misticismo, que blindaba la permanencia del club en la primera. Eso mismo se veía, en las instancias previas a la definición, en el rostro y las palabras de los simpatizantes. Ese sentimiento iba más allá del deseo de la victoria. Reflejó y refleja, la idea de la imposibilidad de la derrota. La imposibilidad de la frustración.

Creo que esa idiosincrasia que no nos permite aceptar la derrota, es la que hace que la caída sea tan profunda. La grandeza de un equipo no se mide por su historial ajeno a la segunda división. No es más grande quien no ha pisado la B nacional. Quizás sea tiempo de entender que es más valioso levantarse luego de haber caído, que nunca caer.

Hoy se sigue y se pretende reforzar esa lógica de perfección. Se traslada a un simple equipo de fútbol. Se continúa el desmerecimiento del otro. Esa lógica se extiende por toda la trama cultura que compone la fibra íntima del carácter nacional. ¿Acaso será que la derrota es un miedo tan enorme, que lo hemos borrado de nuestras posibilidades de vida?

No se admite la realidad porque no se admite la posibilidad de estar derrotado incluso estándolo. No se recoge lo bueno del fracaso porque éste no puede existir, porque si se es grande, si se es perfecto, esa posibilidad es un insulto, una agresión, una realidad intratable.

Esa lógica que se forja entre nosotros ha sufrido un inconmensurable golpe. La lección para las generaciones que asisten a este espectáculo de la testarudez, deberán digerir y tamizar el hecho de que la derrota es un paso más de la universalidad de experiencias que hacen a la sustancia cultural del individuo.

Quizás este hecho concreto y su impacto en la sociedad, permita que esta comprensión se expanda entre todos quienes asistimos en él.

A. Spiegel

1 comentario:

  1. Me encantó la nota y la profundidad de las palabras escogidas. Refresco así el inconmensurable placer de "escucharte" (mal que sea vía escrita) y prometiendo mayor frecuencia en la visita te manda un saludo banfileño,
    Adolfo Mena.-

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