lunes, 12 de noviembre de 2012

8N


El día 8 de noviembre de 2012, se dio lugar a una nueva manifestación pública en contra del gobierno de la presidenta Cristina Fernández. Las consignas de la protesta contenían violencia, hacia la presidenta, hacia funcionarios y hacia los argentinos de clase baja. Se escucharon muchas asociaciones de políticas de Estado, con penurias sociales o adjetivaciones  irreales.
El resultado de esta protesta deja entrever la capacidad de manipulación de los medios de comunicación. Fue impactante ver repetir insistentemente consignas vacías, carentes de todo contenido de razonabilidad. Nulo análisis de la realidad. Nula comprensión de fenómenos presentes en el globo. Nulo conocimiento de las formas, tejidos, entramados e instituciones de la modernidad.
¿A dónde lleva eso? La manipulación aprieta las conciencias. No es ajeno a nuestra realidad ni así tampoco a las de la mayoría de las naciones modernas, que los medios de comunicación atraviesan e interpelan la realidad transformándola. La valoran, la adjetivan y la escupen así al televidente, radioescucha, lector, cliente.
No es novedad que la vertiginosidad de la sociedad permita que los medios absorban la capacidad crítica de quien, alienado, se somete a las reglas, medios, valores y fines sociales y culturales de la estructura de vida dada y estratificada por ello.
Esta vulnerabilidad del ciudadano moderno con más la capacidad invasiva y de domesticación de las conciencias de los medios, da por resultado la activación de masas inconscientes que operan mediados por una idea que le es ajena pero que defienden con énfasis sin posibilidad de autorreflexión o crítica.
La muestra está a las claras cuando la virulencia se hace expresar a viva voz en un marco social de condiciones innegablemente favorables a la luz de un reciente pasado doloroso, siendo incomprensible acondicionar el estatus social de los protestantes, con los beneficios que conlleva, con la precaria elaboración del pensamiento en orden a los elementos de la realidad.
Esta relación inexplicable se repite más día a día y con mayor vigor. Diariamente se enuncian discursos que crean los conceptos de una realidad interpelada por la valoración e intereses de los medios que dominan la configuración de la verdad y a partir de ella la opinión del individuo como infante de esa realidad.
Hoy día, la muestra de lo que ocurre es la inestabilidad de los poderes concentrados que comienzan a perder su paciencia y lanzan sus ataques fulminantes a su enemigo, el gobierno.
En el medio, argentinos, a los cuales poco importan los medios, poderes concentrados y transnacionales.

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